*Desde aquel primer día de 1959 a Cuba le amaneció otra historia; se desperezó de un pasado infame para entrar a una gloria revolucionaria que, paradojas siempre latentes de la historia, está pasando por una crisis social, cultural y de identidad que no se había vivido antes, al menos, en Latinoamérica.
Rodolfo Mendoza
Parafraseando aquel célebre título de Cyril Connolly que tanto gustaba a otro notable cubano, Guillermo Cabrera Infante, Rafael Rojas nos presenta el libro que mejor repasa la historia cubana de las últimas seis décadas. Tumbas sin sosiego (Revolución, disidencia y exilio del intelectual cubano) fue galardonado con el XXXIV Premio Anagrama de Ensayo en el 2006, y no es para menos, pues este volumen nos ofrece no sólo una panorámica, sino que desentraña los avatares de los intelectuales en Cuba: los que se han mantenido a favor del sistema castrista, los que permanecen en la isla pero siendo disidentes y los exiliados.
Desde aquel primer día de 1959 a Cuba le amaneció otra historia; se desperezó de un pasado infame para entrar a una gloria revolucionaria que, paradojas siempre latentes de la historia, está pasando –en un eterno presente que dura ya décadas– por una crisis social, cultural y de identidad que no se había vivido antes, al menos, en Latinoamérica.
Más de medio siglo llevan ya los cubanos tratando, sobre todo, de sobrevivir, pero también de entenderse como pueblo. La revolución ya no es aquel sueño utópico –trajo el sueño a la realidad–, pero como muchos de los intelectuales piensa, de tan real: terrible y temible. La Revolución, a pesar de lo que se crea, les trajo un sistema igualmente opresor y humillante a la dictadura de Batista que combatió. La Revolución no fue sino un sueño tornado en pesadilla.
La discordia reina en el cubano, no sólo en el que permaneció en la isla, sino también en el exiliado, y aún en el nacionalizado en cualquier otro país. Esa discordia que les inculcó la Revolución, la discordia hacia las ideas y la libertad.
Ha estas alturas de la historia han muerto ya todos los tótems literarios de la isla: Lezama, Piñera, Carpentier, Guillén, Arenas, Sarduy, Cabrera Infante; los intelectuales cubanos han quedado huérfanos de padre y van por su isla y el mundo en busca de su identidad si no nacional, al menos patriótica. Los intelectuales cubanos experimentan —como nos lo dice Rojas en este libro— una “sensación de cementerio”.
Tumbas sin sosiego (Revolución, disidencia y exilio del intelectual cubano) es la historia cultural e intelectual de Cuba en los últimos años. Rojas (colaborador habitual de Letras libres en México, El País en España y El Nuevo Herald en Miami) se ha distinguido por ser él mismo un exiliado en México y el mayor experto en la historia contemporánea cubana. A él debemos títulos notables sobre los temas políticos y sociales como: La política del adiós y La escritura de la independencia, por mencionar dos de sus títulos más importantes.
Un tema recorre todas las paginas del libro (además de Cuba, naturalmente) y es el tema de la memoria. Sin memoria no hay historia, cierto es; pero aquí la memoria es el crisol por el que pasan no sólo las ideas y concepciones del autor, sino que toma la “memoria literaria” de muchos autores para ir construyendo su historia misma.
Al mismo tiempo que Rojas desentraña la historia general, nos ofrece siete capítulos en los que penetra en la vida, obra e historia de algunos de los escritores y artistas más notorios de los últimos años en Cuba, ya sea en el exilio o no: Manuel Moreno Fraginals, Cintio Vitier, Cabrera Infante, Heberto Padilla, Roberto Fernández Retamar, Jesús Díaz y Raúl Rivero.
Texto fundamental para entender a la isla y sus habitantes.